El sueño de Samurái era hacer de la música un factor de cambio. Sus allegados lo recuerdan como un ser melancólico y solitario, pero con ganas de comerse el mundo a punta de libros y rap.
La cultura hip hop del país tuvo esta semana una fuerte sacudida, cuando Medicina Legal confirmó que el cadáver que encontró el pasado 4 de enero, en un paraje boscoso del barrio Mochuelo (localidad de Ciudad Bolívar), era el de Héctor Éverson Hernández Beltrán, conocido en el mundo artístico como Samurái. Desde que se reportó su desaparición, el pasado 13 de diciembre, su familia, sus allegados y sus fanáticos no dejaron de buscarlo, esperanzados en su regreso con vida. No obstante, la noticia confirmó los peores presagios. Ahora la tarea de la Fiscalía es saber qué ocurrió, tras descartar que su muerte hubiera sido accidental.
Felipe García Altamar / fgarcia@elespectador.com / @FelipeAltamar